Yo no me chupo el dedo

NIÑO CHUPANDOSE EL DEDO

Yo no me chupo el dedo

Los niños normalmente se chupan el dedo. Esto lo hacen como acto reflejo que, en ocasiones, viene desde que están en el útero materno.

Este reflejo que no es nocivo en niños muy pequeños puede convertirse en un hábito si el niño sigue chupándose el dedo pasados los 4 años. Esto podría afectar a la posición de los dientes, el crecimiento de los maxilares y al cierre de la boca.

Aunque normalmente el niño deja de chuparse el dedo, chupete u otros objetos por sí solo, si esto no ocurre podemos utilizar un aparato intraoral especifico evitará este hábito de succión.

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Estas son algunas de las dudas habituales que les pueden surgir a las mamás y papás, y a las que da respuesta la Sociedad Española de Odontopediatría (www.odontologiapediatrica.com):

¿Porqué los niños se chupan los dedos, chupetes u otros objetos?

Este tipo de succión es completamente normal en bebés y niños pequeños hasta los dos años, aproximadamente. Les proporciona seguridad. Para los niños pequeños es una manera de establecer contacto con el mundo que les rodea y aprender. De hecho, los niños comienzan a chuparse los dedos o los pulgares incluso antes de nacer, mientras están en el interior de sus madres.

¿Son nocivos estos hábitos para los dientes y los huesos de la cara?

Muchos niños dejan de chuparse los dedos, chupetes u otros objetos, por sí mismos, entre los 2 y los 4 años de edad cuando aún no se suele haber establecido un daño a sus dientes o maxilares. Sin embargo, algunos niños siguen chupándose los dedos u otros objetos durante periodos de tiempo muy prolongados, por lo que es muy habitual observar defectos en la posición de los dientes, del crecimiento de los maxilares y del cierre de la boca.

El hábito de succión de los dedos o el chupete se convertirá en un problema si dura un largo periodo de tiempo hasta el punto que afecte la erupción de los incisivos permanentes.

¿Cuándo deben preocuparse los padres por el hábito de succión de sus hijos?

Normalmente, en un niño con el hábito de succión el odontopediatra estará vigilante para ver cómo es el desarrollo de los maxilares, así como la erupción de los dientes desde el punto de vista de las consecuencias nocivas que el hábito de succión pudiera ocasionar.

¿Qué debe hacerse para eliminar el hábito de succión en un niño?

Muchos niños dejan de succionar por sí mismos pero algunos necesitan la ayuda de sus padres y del odontopediatra. Si el hábito ha perdurado, cuando el niño pueda comprender lo que se le dice respecto a los efectos negativos del hábito de succión, el odontopediatra le explicará los efectos nocivos del mismo y le animará a que deje el hábito. Esta información, que ha de contar con el apoyo de los padres, suele ser suficiente para que la gran mayoría de los niños deje el hábito. Si, finalmente, el paso anterior no diera los frutos deseados, el odontopediatra indicará la colocación de un aparato intraoral que evitará que el niño introduzca el dedo en la boca para chupárselo.

¿Son los chupetes más seguros que los dedos o los pulgares?

El hábito de chupar dedos, pulgares o chupetes afecta de igual modo a los dientes y a los maxilares. Sin embargo, el hábito de chupar un chupete es más fácil de romper que si se trata de chuparse los dedos o los pulgares.

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Sabemos que no es tan fácil que los niños dejen de chuparse el dedo. Por eso, os proponemos algún remedio casero que a veces proponemos a nuestros pacientes, tales como poner una tirita o un trozo de esparadrapo en el dedo pulgar, cubrir el pulgar con parte de un guante o bien mojar el dedo en vinagre o zumo de limón.

Cuando el niño deja de chuparse el dedo es muy importante felicitarle y premiarle. Si el hábito de succión no desaparece, este puede conllevar a futuros problemas en el desarrollo oral del niño provocando paladares más ojivales (profundos), malposición de los dientes, mordida abierta anterior y por lo tanto respiración oral. Por eso insistimos mucho en que es muy importante ayudar al niño a que deje de chuparse el dedo.

Es nuestra función como buenos profesionales evitar estas consecuencias. Por lo tanto, si ves que tu hijo/a tiene más de 4 años y sigue teniendo este hábito, pon en práctica nuestros consejos y ven a vernos cuanto antes.

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